
Lo que alguna vez fue uno de los centros de diversión más emblemáticos de la capital dominicana, la discoteca Jet Set, ha quedado reducido a escombros. Solo permanecen en pie las paredes laterales del edificio, luego de que las autoridades completaran la ardua tarea de remover toneladas de concreto y metal tras el colapso del techo, ocurrido en la madrugada del martes. 2w5c6r
Durante 53 horas ininterrumpidas, decenas de instituciones y centenares de colaboradores trabajaron intensamente en labores de rescate y recuperación. El operativo comenzó con la búsqueda desesperada de sobrevivientes entre los escombros y culminó con la recuperación de cuerpos sin vida, dejando un saldo trágico de 221 personas fallecidas y centenares de heridos.
El ambiente que se respira en el lugar es lúgubre y sobrecogedor. Lo que antes era un símbolo de la vida nocturna dominicana es ahora un espacio desolado, marcado por el dolor y la incertidumbre.
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La Dirección de Atención a Emergencias Extrahospitalarias (DAEH) desplegó 77 ambulancias para atender la emergencia, mientras que el Cuerpo de Bomberos del Distrito Nacional envió ocho unidades especializadas. Entre ellas se incluyó el equipo Hurón, altamente entrenado para rescatar personas atrapadas en estructuras colapsadas.
La tragedia ha generado una profunda conmoción a nivel nacional. La ciudadanía se mantiene en vilo, mientras las autoridades continúan con las investigaciones para determinar las causas del colapso y evaluar las responsabilidades correspondientes.
Las imágenes del lugar muestran la magnitud del desastre: solo quedan las paredes laterales como testigos mudos de lo ocurrido. Mientras tanto, familiares de las víctimas y sobrevivientes exigen respuestas, justicia y medidas concretas para evitar que una tragedia similar vuelva a repetirse.
Carlos Osi Pérez.