En el lugar donde antes se alzaba la estructura de la discoteca Jet Set, hoy hay un espacio distinto: no hay música, no hay luces. Solo flores, velas mojadas por la lluvia y un silencio que lo dice todo. Ciudadanos han comenzado a llegar, uno a uno, con ramos en las manos y nudos en la garganta, para rendir homenaje a las más de 200 personas fallecidas en el desplome ocurrido esta semana. 1n4a5u
Entre quienes han acudido se encuentra Roberto Martes, un artista plástico mexicano que llegó desde su país con el deseo de aportar algo más que palabras. “Para enviar un mensaje de esperanza a todos aquellos que se quedaron con un dolor profundo”, así describe el memorial que ayudó a organizar, mientras enciende con paciencia las velas que la lluvia había apagado.
Con un gorro llamativo y rostro sereno, Martes limpia el agua acumulada y vuelve a encender cada llama. “Estamos aquí haciendo lo posible para mantener su memoria el más tiempo posible”, dice, mientras acomoda las flores que otros han dejado sobre el pavimento.
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Pero su gesto no se quedará solo en este rincón de luz. El artista explicó que ya está gestionando un permiso para pintar un mural colectivo, una obra que pretende donar a la comunidad. La idea, asegura, es que cualquier persona —sin importar edad o experiencia artística— pueda sumarse.
“Es posible que si no mañana, pasado, ya lo tenga tal vez listo para empezar a trabajar el sketch”, cuenta. El mural, dice, será un homenaje visual para “conmemorar a los hermanos que se nos fueron”, y también una forma de sanar colectivamente.
En ese mismo lugar se encuentra Wellyn Matos, que al igual que Martes, con mucha dedicación enciende una por una las velas apagadas por la lluvia. Matos cuenta que desde anoche muchas personas se acercaron justo a la hora cero a llevar flores, encender velas y rendir homenaje a sus seres queridos. Afirma que este tributo no tiene fecha de cierre: todo aquel que quiera ir, puede hacerlo.
Por: Itzel Olivo