
El papa León XIV ya despachó sus primeros decretos, con el fin de iniciar el camino para beatificar a dos misioneros que fueron asesinados en la selva amazónica de Ecuador. 27j1y
Dichos misioneros son el español Alejandro Labaka Ugarte (1920-1987) y la colombiana Inés Arango Velásquez (1937-1987), quienes murieron víctimas de la violencia, cumpliendo su misión pastoral en la jungla amazónica.
En sus decretos, el nuevo pontífice reconoce el sacrificio y “la oferta de vida” que realizaron ambos misioneros, quienes entrarán a un proceso de beatificación.
La beatificación consta de varias etapas: primero, los religiosos deben ser declarados “Venerables siervos de Dios”; segundo, son declarados beatos; y, por último, se les proclama “santos”.
Para ser beatificados se necesita, además, que se les reconozca haber obrado milagros por medio de su intercesión; para ser canonizados o santificados, tiene que probarse que realizaron un segundo milagro, tras ser beatificados.
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El español Labaka Ugarte, mejor conocido como Manuel de Beizama, nació en 1920 en Guipúzcoa y murió en 1987 en la jungla ecuatoriana. Lo asesinaron a lanzazos al ar a un pueblo indígena en la Amazonía ecuatoriana.
Fue dirigente de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, sobresalió como misionero católico en Ecuador, y se destacó como vicario eclesiástico en Agarico.
La colombiana Inés Arango, llamada religiosamente María Nieves de Medellín, fue monja de la Congregación de las Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia. Nació en 1937 y falleció junto a Labaka, el 21 de junio de 1987.
Ambos cayeron de forma violenta, a manos de un pueblo indígena que se resistía al avance de compañías petroleras en la selva amazónica.